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An interesting relationship between the two and I love the little enemies-to-lovers angle there. This was a fun read.
RESEÑA
Como pocas veces, porque siempre espero aunque sea un día o un par de horas, hago esta reseña a pocos minutos de acabar el libro.
«Pero bueno, ¿no habías dicho tú que no tenías el 2do libro y por eso no podías leerlo?»
¡JAH! Subestiman mis habilidades de FBI, chiquelos. Os cuento el chisme: encontré esta vaina a las 3 de la mañana y lo inicié a esa hora, avancé 11 capítulos hasta las 5 de la mañana; luego de 1 a 6pm leí los 18 capítulos restantes más el epílogo, ¡y aquí me tienen!
Consejo: nunca lean un libro con capacidad de infartarlos a las 3 de la mañana, es HORRIBLE no poder gritar de éxtasis.
Seyn y Ksar fue la pareja disfuncional que conocimos en el libro anterior. Allí se nos mostró lo mucho que Seyn odiaba a Ksar y su vínculo con él. Por vínculo hablo de una unión mental/telepática que se realiza en dos niños, como unirlos en pareja, hasta que alcancen los veinticinco años donde ese vínculo pasa a ser un vínculo de matrimonio. Pero Ksar perdió a su primera pareja a causa de una enfermedad, y a la edad de los ocho años fue vinculado con un recién nacido Seyn. A partir de entonces, conforme crecían, Seyn se daba cuenta de que su vínculo con Ksar era débil, casi nulo, pues siempre se topaba con una barrera impenetrable que Ksar no bajaba. Desde entonces, lo odiaba. A raíz de lo acontecido con Harry y Adam en el primer libro, Seyn encuentra una forma de zafarse del vínculo y liberarse por siempre de Ksar. Pero hacerlo significaría no estar más con él, no pelear más con él, no verlo más. Y, bueno, eso está bien, ¿no? Entonces ¿por qué Seyn comienza a sentirse miserable al respecto? No solo él, sino Ksar también...
Sin lugar a dudas, aunque me encantó, me fascinó, el primer libro, este se ha vuelto mi favorito EVER en lo que respecta a esta trilogía, o saga, o serie, o lo que sea que la autora piensa hacer. En verdad, y no era porque estuviera mejor traducido (que los aspectos técnicos de la cultura ahora sí que me valieron) SINO LOS PERSONAJES.
Leer este libro fue como revivir mis emociones cuando leía Just a Bit Wrong: ese tira y empuja, ese te odio pero te deseo, ese aléjate de mí pero mantente a mi lado, me volvía loca y todo el tiempo había una euforia, una puta sonrisa en mi cara mientras leía el libro. Ksar y Seyn tenían una relación tan explosiva, tan visiblemente incompatible pero a la vez se complementaban estupendamente entre sí y no se daban cuenta –o más bien, no deseaban admitir lo mucho que se deseaban entre ellos.
Y este drama, ¡QUÉ DRAMA! Es justo el tipo de drama que me gusta. Es que lo veía venir desde el primer libro, ¡razón por la que estaba loca por leerlo!
Ya sabemos lo que pasaba cuando el vínculo infantil se rompía (si no, en pocas palabras el vínculo bloqueaba el potencial poder telepático de un calluviano, reduciéndolo a un porcentaje mínimo y a su vez inhibía el deseo sexual, volviendo al individuo un ser prácticamente asexual) pero el despliegue de su poder –y hormonas– no era algo que Seyn esperaba, así que cuando se ve a sí mismo totalmente cachondo la mayor parte del tiempo, acaba por hacer lo impensable cuando la situación se desarrolló en eso: termina teniendo sexo con la persona que más odiaba en ese planeta. Ksar. Y la consecuencia de todo eso no era solo descubrir lo que ocultaba Ksar (que era algo que ya yo sospechaba en parte, desde el rompimiento de su primer vínculo Ksar tuvo sus poderes al máximo –poderes muy peligrosos, se revela– y que la razón del porqué su vínculo con Seyn era defectuoso era porque, aceptar el vínculo era reducir su don y era algo que, en parte, Ksar no quería hacer, así que por ello prefirió mantener a Seyn fuera y dejarle creer que era culpa suya (de Seyn)), sino también descubrir que más allá del odio que sentía por Ksar, Seyn no podía dejar de disfrutar de cada roce, cada beso, cada enfrentamiento con él. Lo odiaba, completamente, era un patán insufrible, pero tampoco podía vivir sin él.
Seyn es... Oh, dios mío, amé a este personaje con locura. A ambos, debo decir. Seyn es justo lo opuesto de Ksar, y justo lo que Ksar, muy, muuuuy interiormente deseaba ser. Sociable, divertido, relajado, amable, capaz de empatizar perfectamente con sus semejantes y no solo por su don empático, vivaz, logra llamar la atención de cualquiera y es lo que desea, odia ser ignorado, razón por la que odiaba a Ksar, debido a que él le ignoró durante toda su vida. Por ello, Seyn iba a fiestas, coqueteaba descaradamente a pesar de estar comprometido con Ksar y todo para llamar su atención. Porque más allá de los escándalos, de todo lo demás, él deseaba la atención de Ksar. Deseaba los enfrentamientos, deseaba su mirada, y avanzados en la trama, deseaba más que él...
Ksar, por otro lado, es autoritario, arrogante, firme y serio, siempre es difícil saber qué pasa por su mente incluso tratando de leer sus expresiones, es muy bueno para ocultar hasta el más mínimo rastro de emoción en su persona. Pero todo eso desaparece cuando Seyn entra en acción; se enoja, se frustra, se exaspera, pero también se divierte, se preocupa... y llegado en su momento, se encela. Los momentos donde podemos apreciar sus celos y actitud posesiva me EN-CAN-TA-RON. Yo nunca he tenido problemas como otros lectores con las actitudes posesivas o las escenas de celos, me divierten y me apasionan tanto como un chocolate, tanto como fueron las escenas de Ksar y Seyn al respecto. Y es que no era para menos, con la actitud coqueta de Seyn, si bien no fueron muchos los momentos, sin duda alguna no me dejaron sedienta.
....
Mentira. Sí deseaba más.
El conflicto principal de la trama se vio desde el primer libro: cuando Ksar pide la anulación de su vínculo con Seyn a favor de Leyle, la antigua prometida de Harry –su hermano menor y protagonista en el libro anterior.
OH- MY- GOD.
Cuando se aprobó y en seguida se anunció que Ksar estaba comprometido con Leyle, algo frío se me estableció en todo el pecho. No sé ni cómo explicar toda la angustia que yo sentía mientras más leía y más veía cerca el momento de la boda. ¡Y nadie hacía nada! Peor todavía cuando luego se anunció que Seyn se marcharía a otro planeta con un embajador venido a menos –que nos mostró un candente momento Ksar-celoso donde se admitió que el tipo alcanzaba un nivel clase 7, la más peligrosa en telepatía en Calluvia. Y cuando por fin, durante el evento de pre-matrimonio, aparece Seyn para evitar que Ksar haga una locura debido al estrés y la frustración que todo el asunto con la boda, con Leyle, con la lejanía de Seyn, con que el mismo Ksar no obtenía lo que realmente quería, POR FIN, Ksar acepta tragarse su orgullo y pedirle a Seyn –muy a su manera– regresar otra vez con él.
Y qué momento tan hermoso. ¡TAN–HERMOSOO!
Amé esta pareja. Amé sus peleas, amé sus momentos de pasión, amé sus momentos de frustración, de lucha, de dolor, de tristeza, amé descubrir su pasado, amé descubrir capa a capa cómo es Seyn en realidad, por qué Ksar es como es, amé todo, absolutamente todo de ellos. El libro pasó tan pronto, que deseaba que tuviera más capítulos, deseaba que hubiera más momentos entre ellos. Claro, se repetían algunas escenas que ya habíamos visto en el libro anterior, haciendo que todo esto prácticamente ocurría al mismo tiempo que That Alien Feeling y volviendo todo tan malditamente perfecto.
Puede que los que ya hayan leído el libro se pregunten: ¿qué pensaste de Jamil, el hermano de Seyn?
Os seré honesta. Pasa lo mismo que con este libro. Sentí lástima, no diré que no, pues la historia de Jamil –quien pierde a su pareja de vínculo tan pronto– me causó tristeza, pero debido a que como este, su historia transcurre al mismo tiempo, Jamil no tiene mucha participación. Aunque sin duda me encantó cuando finalmente aparece ese misterioso hombre que le está devolviendo la vida y que en definitiva ha atraído mi atención. No estoy tan entusiasmada por su libro como estuve por este, pero lo leeré apenas tenga la oportunidad.
Para acabar, diré que, junto a Just a Bit Wrong y Just a Bit Wicked, este libro se ha tornado en mis favoritos EVER de Alessandra, aquellos dignos para mí de releer una y otra y otra vez. No puedo creer lo que me he estado perdiendo, y agradezco a aquellos que insistieron mucho en que yo leyera estos libros.