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La premisa despertó mi curiosidad: una serie de ensayos cortos escritos por académicas mujeres sobre Maradona, cuya figura hoy parecería encontrar su más férrea resistencia en algunos sectores feministas argentinos -además de en las clases medias/altas moralistas-. Sin embargo esa tensión con el feminismo, que en su versión argentina abraza también lo popular, no es abordada en forma explícita en ninguno de los textos.
Al margen de esta cuestión puntual, me pareció un libro interesante que explota esa paradoja según la cual Maradona es la persona más públicamente expuesta de la historia argentina, pero sobre quien faltan análisis (sobre todo de su implicancia social) que vayan más allá de la charla de café, el panel de televisión o la sobremesa de un asado. Es por ello que parte de lo que se dice se siente como poner negro sobre blanco conceptos que ya pertenecen al dominio público maradoneano, aunque hay también varios elementos y análisis novedosos e interesantes.
Todos los textos parten de una posición tomada: la mayoría de las autoras reconoce explícitamente su condición de maradoneanas. Eso asegura por un lado la ausencia de posiciones cargadas de moralina tilinga (que parten de la funesta máxima “me gusta el Maradona futbolista pero no el Maradona persona”), pero a costa de reducir la variedad de puntos de partida. Lo considero un precio justo.
Destaco el texto “Prometeo (des)encadenado”, quizás el más literario, que se nota fue escrito con la pasión del amor y en el cual se despliega un más que interesante paralelismo entre el mito de Prometeo y la vida del Diez. El repaso de la vida del Diego y su reflejo mediático de “Juramos con gloria” es muy emocionante. El análisis en “El armado de un nombre” de cómo Maradona forma ese “otro” al hablar en tercera persona es muy bueno también.
Algunos extractos interesantes:
“Diego, como Nietzsche, como Discépolo, como Van Gogh, ‘conjuga su existencia solo en el presente, sin mediaciones, sin ninguna red de contención: el mundo entero se despliega cada vez sobre su cuerpo, la cicatriz ajena y la propia, todo a la vez'. Para Diego el presente es insoportable, es urgente, es malestar que deviene invención”“Lo que él encarnó, frente a la mirada de los que creen, es una potencia que permitió (y permite) cambiar la distribución del poder y generar una ruptura con lo que se establecía como norma. Una fuerza que excede los parámetros de la lógica, pero con un fuerte anclaje en la realidad palpable. Habilitó una ‘confianza superadora de ciertos límites'”
“Uno puede pensar que la propuesta de vivir en el ritmo y no en el sentido corresponde a la intuición de una libertad extrema. De la libertad desconocida. Y que eso implica una gran subversión y una suspensión en el vacío. Y que así Diego parece Dios” (Hermoso párrafo final del libro).
PD: El arte de tapa es sencillamente espectacular, con el rostro de un Diego joven con un cuerpo formado por los rostros de “Manifestación” de Berni.