Tinta roja

Entretiene, se deja leer. Me gustó cómo habla de un Chile que ya no existe: tanto en los personajes, la cultura, la forma de hablar. Algo de humor negro hay por ahí también.

Más allá de eso, no encontré mucho. Ahonda poco en los personajes, la historia se dilata, sin mucha evolución: solo cosas externas suceden. Las voces a veces se sienten impostadas a veces. Hay mucho "te voy a enseñar algo pendejo".

Me lo regalaron porque Missing me encantó. Pero hubiese preferido leer otro.

Nunca me tincó Fuguet y no le tenía fe a este libro, pero me entretuvo bastante, y me gustó también que hablara tanto de un Santiago noventero del cual ya queda poco. Entretenido, no da pa' profundo, pero se lee bien y los personajes terminan siendo queribles.