Ratings19
Average rating4
Es un libro interesante, creí que sería un thriller, y si bien tiene algunos elementos de, no es para nada lo que uno imaginan, porque no se trata de encontrar a los culpables y descubrir que paso, de hecho lo revelan bastante temprano en el libro, algunos dicen que era predecible, pero es que yo creo que no se trata de “resolver” un crímen, se trata de una crítica hacia el fanatismo religioso, a como en nombre de la fé se comenten atrocidades, y sus conciencias están limpias ya que se escudan en la voluntad de Dios. Finalmente no hay resolución, no hay final feliz, no hay justicia divina, solo una verdad revelada.
Mi único problema con el libro, es la escritura, al leer a los personajes no siento que este leyendo a adultos casi en la tercera edad, ya que todos rondan los 50, se siente como estar leyendo a un montón de adolescentes, como estar leyendo el diario de vida de unos niños, no me logró evocar la edad que se supone tenían.
4,5 ⭐
Amé la forma en la que la autora llevó la narrativa del libro, sentí que inició desde las perspectivas más alejadas a los hechos(teniendo en cuenta que Lia y Mateo eran quienes más desconocían de las vivencias que desencadenaron el libro) hasta las que conocieron qué fue directamente lo que sucedió el día que Ana murió.
El libro tiene personajes desarrollados que tienen la oportunidad de narrar el cómo conocieron a la historia y cómo lo sucedido los afectó, dándoles un trasfondo interesante. Mi personaje favorito fue Marcela quien me resulto compleja e interesante, un personaje que recuerda perfectamente que sucedió, pero al que nadie escucha porque creen que su versión de los hechos está alterada por su lesión y la forma en la que protege el secreto de Ana a través de los hechos, lo único que me “rayo” un poco fue la relación que la autora insinúa se desarrolló entre Marcela y el padre de Ana (fue un no para mí) Me llevo a Carmen y Julián como dos personajes deleznables (aunque considero que son tan reales que dan miedo) que solo velaron por sus intereses y actuaron refugiados es su moralidad religiosa, creo que son los personajes que más he detestado en mis años como lectora.
Finalmente, me hubiera encantado un capítulo más antes del epílogo, explicando la reacción de Lía y Mateo ante la verdad que les fue revelada y obviamente el castigo que espero tuvieran Carmen y Julián.
QUÉ ONDA con este libro. Qué gran crítica a la fe ciega, a los fanáticos. Empieza contundente y eso fue lo que me atrapó. Vaya, hasta aprendí algo nuevo sobre mis flores favoritas ♥️ es una historia super bien manejada, te va llevando y enrollando y llega un punto en el que no puedes dejar de leer. No diría que es predecible aunque se adivinan un par de cosas.
Me encantó la diferencia de redacción según el personaje en cuestión. Me gustó experimentar el mismo suceso desde los ojos de cada personaje.
Solo que -creo- no era tan necesario el epílogo. No sé. No me imagino una mejor manera de cerrar la historia pero no fui fan.
Estoy obsesionada con Claudia Piñeiro, quiero leer más ✨
La narrativa polifónica es interesante y ambiciosa, en este caso no está bien lograda. Los personajes no se desarrollan, son planos, y algunos salen sobrando. Cada capítulo regurgita al anterior haciendo que el libro sea muy repetitivo. Además, menciona más veces de las necesarias que la víctima fue quemada y descuartizada, subestimando al lector.
Creo que engancha más por los temas “controversiales” que por la historia en si.
Lo rescatable del libro es Marcela.
Claudia Piñeiro sigue siendo una de las escritoras argentinas más delicadas, capaz de contar historias bastante pesadas y con matices más bien oscuros de una forma que no se siente agresiva. Impactante, sí; cruda, también. Pero no va al golpe bajo fácil, no pretende sacudir nuestros sistemas con gore y detalles gratuitos que no suman a la historia.
Emociona cuando tiene que hacerlo, plantea realidades duras cuando necesita hacerlo, evita lo gráfico cuando debe hacerlo. Y en ese balance transcurre una historia hermosa, pero llena de dolor.
Recomendable.