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A través de un proyecto personal me involucre en la lectura de este libro y SANTA-VIRGEN-DE LA-PAPAYA, ¡qué hermosura de libro!
La trama nos habla de Tessa Dickinson, una joven bloguera sobre poesía de apenas 16 años que sufre un accidente automovilístico. Eso trae como consecuencia que ella pierda su vista durante 14 semanas, o 100 días. En los primeros días no sabe qué hacer, se la pasa encerrada en su cuarto, deprimida, odiando la vida y todo, hasta que se entera de que sus abuelos tuvieron la idea de contratarle a alguien que la ayudara a llevar su blog. Tessa odia la idea, pero no puede evitar que la noticia del anuncio llegue a oídos de Weston Ludovico, un chico de su edad que se presenta en su casa con el fin de ayudarla a salir adelante. Al principio Tessa lo desprecia, pues dado que Weston puede ver, no puede entender cómo se siente ella que es ciega. Pero Weston no le ha dicho –ni quiere que lo sepa– que él sí la entiende perfectamente... pues él ha perdido sus dos piernas. Con el paso del tiempo, ambos se van relacionando y encariñándose el uno al otro. Pronto Tessa recuperará su vista, el mayor temor de Weston pues, ¿Tessa seguirá queriéndolo cuando sepa la verdad?
Inicialmente me llamó la atención la portada de este libro, es tan brillante y hermosa, además que el título sonaba interesante. Y una vez leída la sinopsis, pum, a leerse. Definitivamente no me arrepiento de la decisión, pues resultó una historia demasiado dulce, encantadora, con un hermoso mensaje además.
Me sentí identificada con Tessa. Ella fue educada en casa, vive con sus abuelos desde que prácticamente nació, y es una bloguera y poeta. Al perder su vista, pierde el sentido de la vida. Me parece que es algo que yo también sentiría si me pasara. Sus abuelos toman la iniciativa de hacer un anuncio en el periódico buscando a alguien que hiciera de mecanografía para Tessa, cosa que a ella no le encantó. Y es entonces cuando llega Weston Ludovico a irrumpir el orden perfecto y la armonía pacifica de la vida de Tessa.
Weston es... un rayo de luz. Es optimista, muy alegre, impulsivo, gracioso, tiene un sentido del humor único aparte que su sarcasmo te arrancará muchos momentos de risa. Él, a pesar de su corta edad (la misma de Tessa) ha pasado por instantes muy duros en su vida. A causa de una impulsividad siendo niño, tuvieron que amputarles las piernas, cosa que para alguien tan activo como él significó un golpe del que le costó recuperarse. Cuando conoce a Tessa, y ve que ella lo trata como una persona normal, no como un discapacitado, Weston sigue con ella y busca la manera de demostrarle a Tessa lo bello que es la vida aun cuando no puedes verla.
Ese es el mensaje que te deja el libro: tienes muchas otras formas de disfrutar la vida, no importa que no la puedas ver. Tienes un sinfín de olores que disfrutar, sonidos que apreciar, sabores que paladear y emociones que sentir. Weston, a través de la historia, le va enseñando eso a Tessa, cosa que la ayuda a recuperar la confianza, la fe, la esperanza, las ganas, en la vida.
Por otro lado, la relación entre estos dos niños es tan pura, sencilla y maravillosa. Comienza con un amor-odio, con Weston teniendo una paciencia infinita a Tessa; luego con una amistad, en la que Weston y Tessa se van enseñando cosas entre ellos, se van demostrando fortalezas y debilidades entre ambos; acabamos con un amor sincero, tan de adolescentes, nos recuerda las emociones que sentíamos por ese primer amor de jóvenes. Hay tan bellos momentos entre ambos. Este libro me recuerda mucho a la relación entre los protagonistas de Cinder y Ella, el cual también es un libro precioso.
Para ser la primera obra de la autora, es algo increíble. La pluma sencilla, fluida, sin complicaciones, adecuada para una audiencia joven o para alguien que solo quiera leer algo que no requiera echarle mucha cabeza. Además que la historia es tan dulce que enamora, o al menos a mí me enamoró, acabé pensando una y otra vez en estos personajes.
El cual también tenemos un cast variado, no solo tenemos a Tessa y Weston. Los abuelos de Tessa tienen mucha participación, así como Rudy, el mejor amigo de Weston, quien siempre está ahí para apoyarlo y ser su voz de la razón. La familia de Weston también está ahí. Creo, sin duda alguna, que el personaje que más me encantó aparte de los principales es Rudy. Es un niño encantador, muy maduro para su edad, aporta un equilibrio a la vida de Weston más allá de su familia.
Como dije, el libro merece mucho la pena ser leído. Yo muero por leerlo otra vez, disfrutar todos y cada uno de los mensajes que la autora nos deja, pues nunca hay que olvidarlo: No hay nada que no puedas hacer.