Me sentí atrapada en la lectura,en el mal sentido . Solo quería terminarlo porque se había vuelto tedioso leerlo.

No pude evitar imaginar lo que sería ver lo escrito en el escenario de algún teatro. Contradictorio,sagaz,divertido.

No creo volver a leerlo , pero en su momento viví la fantasía de tener una playa en Bogotá, de ser un gato con una dueña hermosa. Me lo imaginé de principio a fin y eso es ¡poderosísimo! Adoro los recuerdos de una juventud caótica que me evoca.

View

El olor a flores en el sostén, el mar caspio...

View