Es casi como leer una novela de ficción, sobre una región y cultura que pocas veces nos atrevemos a voltear a ver. Esta historia contemporánea de la formación actual de China pasa casi siempre desapercibida, pero en el fondo es un país tan polarizado como el resto del mundo. Es necesario adentrarse en este buen relato para comprender un poco más sobre esta cultura bajo la visión de una nativa que se atrevió a desafiar muchas de las reglas culturales y políticas existentes.
Una carta muy breve y consisa que puede comunicar tanto a hombres como mujeres los principales prejuicios subyacentes en nuestra sociedad. Me gustó la breve forma en que la autora aborda su opinión sobre el feminismo, no obstante sentí en algunas partes del libro cierto radicalismo de este concepto.
Me encantaron cada una de las facetas que el protagonista tiene en esta historia, un niño decidido a crecer o no crecer, a veces clarividente, artista y melévolo de orígen. La inmersión de la historia entre Polonia, la segunda guerra y el nuevo mundo permiten adentrase aún más en ese mundo que el autor nos ofrece.
Me resultó de gran inspiración, al tiempo que me recordaba el inicio de la carrera de esta gran autora. Una gran narración que presenta con gran detalle las búsqueda de la libertad y de nuestro propio ser en un tiempo y lugar al que sentimos no pertenecer. La última decisión parece ser la más difícil y la más inverosímil, pero es parte de nuestro ser al fin y al cabo.