Ana

Primer abandono del año.
Por un lado, me pareció excesivamente duro y desagradable y puede que no fuera lo que necesitaba leer en ese momento. Por otro, la estructura, con el relato del periodista en formato de entrevistas intercalándose con la narración principal, me sacaba continuamente del libro, no conseguía leerlo con la fluidez que creo que hubiera necesitado. Y eso sí lo considero un fallo importante del libro.

Abandonado en la página 150 con todo el dolor de mi corazón. Ay, Zadie, con lo que yo te admiro, qué mal se te ha dado este registro histórico y estos personajes que no hay por dónde cogerlos.

Conseguí llegar hasta la mitad del libro y aquí lo dejo. No lo soporto más.

No sé en qué momento se me ocurrió que era una buena idea intentarlo, si generalmente odio al 90% de los personajes estadounidenses de los libros, y no sé por qué tuve que volver a comprobarlo de nuevo. Si me da igual que el autor los trate con condescendencia, rabia, cariño o ironía, si está claro que no los voy a soportar en ningún caso.

El capítulo que leí anoche me provocó tal reacción visceral de violencia absoluta, de ganas de abofetear a todos y cada uno de los personajes, que tardé dos horas en poder dormirme del mal cuerpo y la desazón que se me había quedado. Y con el capítulo de hoy, cuando vi que iba por el mismo camino, pero de una manera aún más desagradable, directamente me rendí. No puedo con ellos. No los aguanto.

Si al menos hubiera una trama a la que agarrarse, es posible que hubiera seguido leyendo. Pero las vidas de estos seres odiosos, estúpidos y mezquinos no van a seguir amargándome mis noches.

Lo abandono por tedio absoluto. Tengo demasiados libros por leer para tener paciencia.

Abandono en la página 58. No es culpa del libro, probablemente, pero tengo muchos otros pendientes y no me está interesando la historia en absoluto.
Así que ejerzo el derecho nº3 de Pennac y lo registro aquí para recordar más adelante que lo dejé abandonado, quizá algún día lo retome.