Una vez más, Neil Gaiman reintenta las historias infantiles para que el público adulto se maraville con su reinventada propuesta. En este caso, toma como referencia la aclamada historia de Lewis Carroll de Alicia en el País de las Maravillas y la reinventa con una niña moderna que vive unas vacaciones aburridas, monótonas y desesperantes en su nueva casa junto con unos padres modernos que lo último que tienen es tiempo para dedicarle a su hija gracias al trabajo de ambos. Así, Coraline se adentra a un pasadizo que la lleva a un mundo alterno, onírico, donde descubre a un mundo mejor que el suyo, donde todo lo que ella quiera se puede convertir en realidad. Pero, como ella misma dice, la gente realmente no quiere todo lo que quiere y de una forma valiente, no solo para una preadolescente, sino para cualquiera, decide confrontar a ese mundo y su creadora aún sabiendo que en el periplo puede quedar su alma perdida para siempre junto con la de sus papás.
Contada como historia para niños, el contenido apela a un público maduro. El arte de la novela es espléndido, alejado de cualquier toque caricaturesco que pudiera confundir al lector con un cuadro fantástico, alejándonos con ello de cualquier referencia a la fabulosa adaptación animada que varios años después llevaron al cine.
Un libro muy recomendable si quieren una forma interesante de iniciarse en el mundo de Gaiman, un escritor sobresaliente de finales del siglo pasado e inicios del nuestro.
Tardé mucho en terminar este libro a pesar de ser bastante corto, pero debo admitir que era pesado pasar cada página (aunque sea electrónica).
Es una especie de autobiografía novelada de este autor japonés que va describiendo la inevitable caída al precipicio de un set humano que ha crecido con una enorme desprendimiento
A ver, el libro es excepcionalmente bueno desde el punto de vista de la ciencia ficción, está muy bien documentado, tiene una narración impecable que te lleva de la mano de forma tranquila y al mismo tiempo contundente en una situación que en términos generales es, o podría ser aburrida. Año y medio de un hombre tratando de sobrevivir en la soledad absoluta y con todo en su contra... más de una vez piensas que sería más fácil que lo dejaran morir y ya. Sin embargo hubo algo que me estuvo molestando en más de una ocasión, y es que no hubo más que pequeños párrafos de introspección y reflexión, cuando, entre más pasaba el tiempo en la novela, más evidente era que el hombre necesitaba eso... año y medio solo y una sola vez lloró; año y medio solo y nada más dijo una vez: “las papas saben a rayos...” incluso el más optimista de los optimistas truena. En fin. Es mi único pero al libro, por lo demás, ciencia ficción pura y dura. Genial.
Ambientado en los 60, la historia se lleva su tiempo en ubicarte y darte a conocer a los personajes.
Una historia de terror demoníaco difícil de creer hoy en día. Si bien está bien escrito y te mantiene con ganas de ir hilando sucesos, cuando todo empieza a encajar el final lo sentí totalmente anticlimático. Es corta, y se deja leer, así que pueden darse la oportunidad.
Refrescante lectura de verano de principio a fin. Sam te cuenta su historia de un verano de 1985 en donde vive una serie de cosas que moverán por completo su mundo: descubrirá verdades sobre su pasado, se enfrentará a sus peores enemigos, afianzará sus mayores amistades y vivirá aventuras emocionantes como sólo un niño sabe sentirlas y vivirlas. El autor te sabe transportar no sólo a una época sino también a un momento de tu vida en donde logras sintonizar con las emociones que describen y te transportas a una edad en la que la inocencia da paso a la pubertad y los descubrimientos de la vida se suceden uno tras otro.
Un libro muy bien escrito con un ritmo que te mantiene atento incluso en los momentos en los que parece que no pasa nada.
Y lo mejor de todo es leer la última página, te hace querer volver a leer el libro completo (OJO: no la lean antes de tiempo, les puede arruinar toda la experiencia).
Un clásico de la literatura universal que hasta ahora he tenido oportunidad de leer. Sin duda una novela obligada si quieres conocer el gótico victoriano en su máximo esplendor y si quieres saber por qué razón, a lo largo de más de un siglo, Drácula es el vampiro más famoso y que nadie puede tumbar de su pedestal.
Y es que si bien el género vampírico ha (de)generado corrientes variopintas, el origen del mismo creo que se refleja en esta obra seminal: la corrupción del alma humana al grado de no encontrar descanso ni en este ni en otro plano existencial, viviendo una maldición sin fin que solo puede ser restaurada a través de la destrucción corporal del individuo para permitir su libre tránsito al descanso de ultratumba.
La obra me pareció excelsa en su descripción detallista de los elementos de la sociedad de finales del siglo XIX y nos logra transportar a una realidad en momentos muy parecida y en otros totalmente ajena a lo que vivimos hoy en día. Quizá en momentos un poco cansado y repetitivo, pero por alguna razón me encontraba queriéndome saltar párrafos sabiendo que repetiría algo, pero con curiosidad sobre una posible nueva pista o descripción que completara el retrato tan realista de cada cuadro narrado.
La historia cuenta la conformación de un equipo de personajes de la época que buscan dar caza a Drácula, un vampiro que ha decidido expandir su territorio de terror de Transilvania a la Inglaterra de finales del siglo XIX. Este equipo está liderado por van Helsing, un doctor con extensos conocimientos vampíricos. El descubrimiento de las capacidades del vampiro y la manera en la que es posible combatirlo se va develando a lo largo de la historia, con elementos que hoy en día damos por hecho en la cultura popular, pero que sin duda en ese tiempo debió haber causado revuelo y terror.
Destacaría dos elementos que quizá puedan ser motivo de reflexión si te animas a leer este libro: el primero es que sin intentar serlo y con las debidas distancias (tratando de entender el momento en que se escribió) se me hizo muy feminista el libro, le da un lugar muy importante a la mujer en una época en la que apenas empezaba a hacerse conciencia de ello y podría decir que en muchos sentidos Mina, una de las protagonistas, es la heroína de la historia y sin ella, el grupo que tiene la misión de derrotar a Drácula no habría tenido oportunidad, tanto por la parte técnica que cubre ella (es la que sabe cómo ordenar mejor la historia para darle sentido y encuentra las piezas del rompecabezas que ninguno de los otros puede ver), como por la parte anímica, pues el autor no duda en insistir que es quien mantiene en alto el espíritu de todos cada que es necesario.
El segundo elemento es su carga espiritual e incluso teológica (no sé hasta qué punto de manera consciente) en los soliloquios relacionados con la salvación del espíritu, el perdón, la piedad y otras virtudes teologales. Si te gustan estos temas, seguramente tendrás tema para reflexionar y profundizar, si no, tampoco necesitas detenerte en esos pasajes y solo los sigues de largo.
La crítica que más se le puede hacer al libro es lo abrupto del final, se tejió de tal manera la historia que resulta anticlimático que la historia termine de tajo en un par de páginas. No por ello dejaría de recomendar que te acerques a este clásico y lo disfrutes.
Si hay un escritor que sabe hacer bien su trabajo es Stephen King, sabe narrar, atraparte y hacer que te encariñes con sus personajes. No es que yo sea un experto de su obra, pero las tres o cuatro novelas que le he leído siempre me han dejado muy satisfecho.
Doctor Sleep, o Doctor Sueño, como prefieran, no es la excepción. En forma, es una lectura muy pulcra y emocionante y te mantiene todo el tiempo queriendo saber más. Yo no he tenido la oportunidad de leer El Resplandor, y la película (que, según entiendo, no es nada fiel al libro) la vi hace mucho tiempo así que no recuerdo casi nada de ella, pero eso no impide que haya disfrutado este libro que narra la historia de Dan Torrance, el hijo del personaje principal de la primera novela, que logra salir vivo de la traumática experiencia que tuvo en su infancia y ahora, casi cuarenta años después, tiene que reencontrarse con su pasado y lidiar con su alcoholismo, en parte consecuencia de unos poderes psíquicos que el llama “el resplandor” (the shining). Buena parte de la novela te lleva por los vericuetos y penurias que un enfermo de alcoholismo debe pasar. La otra parte es la historia de una niña que también tiene poderes y que es perseguida por una especie de secta vampírica (The True Knot) que, en lugar de chupar sangre, chupa la esencia de los niños que tiene el resplandor a través de sádicos asesinatos.
Como decía al principio, narrativamente no hay de que arrepentirse, a través de poco más de 500 páginas el autor te garantiza mantenerte atrapado, sin embargo al terminar siento que me quedó a deber un poco: esperaba una historia de terror y es tan fantástica, con personajes tan inverosímiles, que sólo pensando en una narración fantástica puedes aceptar la historia. Todo el tiempo esperé un momento de verdadero suspenso o terror, nunca llegó. Por otro lado, si bien la narración te atrapa, el final ya lo sabes, no hay sorpresa ni giro inesperado. Ya que la historia une a todos los personajes en la primera mitad del libro, te dejas llevar por el desenlace sabiendo que no va a cambiar mucho de lo que estás imaginando que pasará.
Una consecuencia definitiva de haber leído este libro es que ahora veo como indispensable leerme el primero, El Resplandor, para unir algunos puntos que, si bien no afectan a la trama general, me ayudarán a entender mejor algunas referencias que se hacen a lo largo de la historia y de paso ver si esa historia me genera el sentimiento de miedo que he logrado sentir con otras historias de Stephen King.
Si bien no es de lo mejor del autor, es un libro muy recomendable.
Para ser honesto quedé un poco decepcionado. Quizá me había hecho muchas expectativas después de todo lo que había escuchado sobre las historias como sobre el autor.
No digo que sea una mala historia, es curiosa, divertida y con un humor muy especial, sin embargo considerar que es un clásico, para mi gusto le falta mucho.
Una prosa repleta de imágenes poéticas, retablos sarcásticos, humor negro y narrativa fresca. Es definitivamente de lo mejor del año y una de las joyitas de la literatura mexicana contemporánea. 100% recomendable.
Un profesor universitario, en la Sudáfrica actual, vive una vida anodina y su único interés es, de vez en cuando, acallar sus deseos carnales con una prostituta. Cuando deja de poder encontrarse con ella, decide liarse con una alumna, con las consecuencias que desatarán la historia del libro. El cinismo con el que el protagonista inicia, se va desmoronando lentamente cuando le estalla en la cara la realidad de una sociedad profundamente dividida racial y culturalmente.
El libro es profundamente desconsolador, la desgracia en la que cae el protagonista y su actitud ante la misma es cuestionadora para el lector. Sin emitir juicio alguno, provoca a una profunda reflexión sobre distintas posiciones del lector ante la vida. Quizá lo que más me impactó a mi es la poca introspección (¿egoísmo?) que refleja el personaje al no encontrar el evidente paralelismo de su abuso y el otro abuso descrito en la historia y las justificaciones que se da para evitar, a toda costa, un arrepentimiento, que podría llevar a un reparo personal de daños.
Triste por donde se vea, escrito de manera magistral, Desgracia es un libro que vale la pena leer y quizá dar una segunda lectura con el tiempo.
Vaya que tardé en leer este libro más de lo normal. La historia de la vida de este personaje icónico de nuestra era es narrada de forma minuciosa por Isaacson, sin embargo la narración llega a ser cansada y repetitiva en algunas partes.
Es buen libro y es apasionante la biografía que, como él mismo dijo en el anuncio de los genios: “puedes admirarlo o puedes odiarlo, pero nunca te será indiferente”.
Estoy viendo que llevo cinco años tratando de acabar con este libro, creo que es tiempo de aceptar la realidad: no pude con él. Aclaro, no se me hace que esté mal escrito, como siempre, Murakami es impecable; tampoco es que la historia sea mala... hasta donde llegué estaba interesante la historia de y en muchos sentidos prometía mucho. Pero hay libros, como las personas, que por más que tengan todo para gustarte, no puedes con ellos. Es entonces que tiro la toalla y a otra cosa...
Me gustaría ser más benévolo con mi calificación de esta novela. En favor de ella debo decir que tuvo la cualidad de mantenerme entretenido para que, a pesar de las incoherencias y cosas absurdas de las que está repleta, quisiera saber en qué terminaba la historia. Fue como ir a ver una película palomera que, escudándose en ser historia basada en hechos reales, promete mucho más de lo que al final ofrece.
Narra la historia de Paul Reiner y su familia, ambientada en una Alemania previa a la Segunda Guerra Mundial, pero si esperan encontrar referencias trascendentes de esa época, no las encontrarán en la novela, hace, si acaso, referencia al intento de golpe de estado de Hitler en 1923, de una manera tan anecdótica que confirma más ese sentimiento de haber visto ese churro de domingo...
El personaje principal es irritablemente bueno, al punto de terminar siendo cursi e increíble (y absurdo, cuando por fin hacer cosas contrarias a ese hombre intachable que te dibujan a lo largo de todo el libro); su enemigo es malo como el que más y la « heroíca» dama en apuros sufre de una falta de identidad tan aberrante que en más de una ocasión me hizo preguntarme qué hacía leyendo el libro que queda a medio camino entre la moralina barata y el feminismo a ultranza que acaba por ser absurdo por intenso.
Si realmente quieres leerlo, advertido estás, por lo menos pasarás un rato entretenido.