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“Con todo lo que nos han hecho (las muertes, las torturas, las agonías) cabría pensar que renunciaríamos a cosas como la esperanza y el amor. Pero no lo hacemos. Los skaa siguen enamorándose. Siguen tratando de tener familia y siguen afanándose. Quiero decir... aquí estamos, luchando en la loca guerra de Kell, resistiéndonos a un dios que sabemos que va a matarnos a todos.”
He sido Sandersoneado, y es que fue un tirón social casi alomántico el que me llevó hasta sus páginas. Llamémoslo presión social literaria, alias “hype”. Tenía que comenzar a leerlo. De hecho, tengo a Elantris levantando polvo en el librero desde hace un par de años (próxima lectura de Sanderson antes de continuar con Mistborn).
La prosa de Sanderson es bastante atractiva. El worldbuilding es impresionante, la alomancia y feruquimia son un sistema de magia muy, muy bien hecho. Solo hay uno hasta ahora que para mí lo supera: la simpatía de Rothfuss. Los personajes, el sistema político y el tema me gustaron, las hazañas de un grupo de personas para librarse de la opresión en un mundo ficticio siempre me terminan entreteniendo. Lo único malo para mí fueron algunos momentos tediosos que casi nunca se le escapan a novelas con este tipo de densidad. En fin, es meramente subjetivo, igual estuve muy enganchado en más del 80% del libro. ¡Iré por más!
Una novela larga merece muchas imágenes para satisfacer todo esa carga mental a la que somos expuestos. A ver si coinciden:
- Luthadel
- Algunos de los personajes
- Kelsier y Vin
- Sazed
- Inquisidor