Me encanta la forma en que la autora toca temas tan sensibles como en este libro, relacionándolo con algo que está cargado de tantos tabues. Logra que uno mezcle y no divida, que el que a alguien le guste el BDSM no quiere decir que esté excento de sufrir otras cosas como los demás, o que sea un extraño al mundo.
Se me ha hecho muy interesante.
Sigue sin ser mi género preferido de lectora, pero claramente ya sé que si alguien me pide recomendaciones de libros +18, tengo a Lena y su saga para darla por buena.