Una novela que te mantiene en vilo hasta el último segundo. Crímenes mezclados con matemática, lógica y mucho más.
¿Vale la pena vivir para siempre sin poder dejar una huella en el mundo? Addie hace un pacto con la oscuridad para no encadenarse a una vida que no desea, pero a costa de algo que ni ella sabe.
Es la historia de dos personas que no pueden dejar de encontrarse, que a pesar de los desencuentros y malos entendidos encuentran la manera de volver a estar juntxs.
Lo que no se dice ocupa tanto o más lugar que lo que está escrito, es una novela llena de silencios y de pausas que dicen un montón.
La mayoría de las veces Connell y Marianne no saben qué decir, o cómo expresarse, no entienden sus propios pensamientos y sentimientos, lo que a la vez lxs aleja y lxs lleva otra vez a encontrarse.
La conocí por la serie, que empecé el año pasado y dejé a la mitad porque no quería que terminara, y lo mismo me pasó al leer, sentí a los personajes muy muy cerca, termino la novela casi preocupada por lo que les espera
Una novela de poesía, de encuentros, de vínculos. De todas las maneras en las que puede crearse una familia, de todas las personas con las que nos podemos cruzar y afectan nuestra vida.
Una carta de un hijo a su mamá, un relato de todo lo no dicho, lo inconfesable, lo que tanto le gustaría compartir con ella. Una carta de amor incondicional que atraviesa el dolor, la violencia, las distancias. Un relato de la experiencia inmigrante, del descubrimiento de la sexualidad, un retrato sobre la búsqueda de identidad y pertenencia.
Un libro incómodo, oscuro, brutal, que te deja recalculando sobre los límites humanos.
Una colección de relatos que construyen un ambiente pesado en el que lo peor y lo menos imaginable se hace carne en el momento menos esperado.
No es una lectura ligera, para nada, pero si casi necesaria para sacudirse el sopor de ficciones cómodas y apacibles.
Te hace pensar y te revienta la cabeza, alejándote de los lugares comunes para dar paso a ese costado perverso de la naturaleza humana.
Isabel Allende es una de mis autoras favoritas desde que la conocí. Este es un libro como los que ella sabe escribir, con historias de amor casi épicas, que atraviesan el tiempo, el espacio y las fronteras. Historias de amor que no siempre son de amantes y nunca vienen solas. Historias de amor a una patria, a una idea, a una pasión, a una tradición.
Un relato de inmigrantes que encuentran en América Latina la posibilidad de empezar de nuevo, descubrirse a sí mismos y formar nuevas familias, nuevas tradiciones.
Lo empecé hace mil años y no sé por qué nunca lo pude terminar hasta hoy.
Un perfil increíble, como todo lo que escribe la autora, que te hace sentir casi parte de la vida de uno de los pianistas más célebres de la Argentina
Una historia de dos mujeres con realidades casi opuestas pero unidas por la maternidad del mismo nene. Una se enfrenta a la desaparición de su hijo mientras la otra se lo lleva para que sea suyo. Difícil de leer pero a la vez imposible de soltar
Un mundo en el que la carne que se consume ya no es de animales, después de un virus que solo se transmite a través de ellos. Un mundo en el que ya no hay animales, de ningún tipo, pero sigue habiendo criaderos, mataderos, carnicerías. Toda la novela es muy incómoda, da asco, a veces te hace querer dejar de leer por la impresión, pero aún así no podés soltarla.
Un libro de cuentos que es casi imposible leer de corrido. Cada uno te deja recalculando, revisando, repensando lo que acabás de leer. Cada uno me dejó una inquietud diferente, una incomodidad rara, un pensamiento que en casi ningún caso pude identificar del todo.
Relaciones entre personas, entre familias, entre seres queridos que en algún punto se tuercen y se adentran en lo incómodo, en la decadencia, en lo perverso. Las relaciones humanas de tan cercanas a veces resultan perturbadoras, y cada cuento es un retrato increíble de un costado oscuro.
Un libro lleno de lugares comunes y más predecible que una tabla de multiplicar, pero que te deja con un saborcito de que lindo que es el descubrimiento del feminismo y la sororidad en las adolescentes. Creo igual que subestima un poco a quien lee para tornarse un toque moralista, pero a fin de cuentas el libro tampoco busca ir más allá.
Una lectura de playa, o de esas para salir de un bloqueo lector, porque se lee súper rápido y te deja un saborcito lindo, aunque a poco.
Una novela corta que se lee de un tirón y no podés soltar. Una historia de dos personas, pero también de escribir, de vivir, de relaciones y de personas.
Lo primero que leí a antes de empezar el libro fue que el autor lo mandó a un concurso y que salió ganador. Cuando lo terminé, pensé que posta lo tenía merecido.
No voy a pedirle a nadie que me crea es una historia fragmentada, un rompecabezas del que nunca sabés si ya te presentaron todas las piezas.
A veces la sucesión de hechos es tan inverosímil que lxs narradorxs repiten el título de vez en cuando. Un académico mexicano viaja a Barcelona para estudiar pero queda metido en el medio de negocios turbios con nuna organización que controla sus mínimos movimientos. En el medio, una crítica al academicismo literario, una parodia del rol del escritor e incluso una denuncia al poder y la corrupción.
Pero sobre todo es una novela llena de voces que se superponen, se complementa, se pisan, que dan la poca información con la que cuentan pero que nunca parece suficiente. En ocasiones parece que dialogan, y en otros momentos gritan y se tapan mutuamente.
Punto para la construcción de un lenguaje coloquial, oraciones eternas pero habladas, con la sonoridad de un castellano que se saborea en la oralidad.
Cada una de las partes está narrada por que se pisan, se complementan,
Un tipo hinchado las bolas de una cotidianeidad que lo asfixia y lo supera por todos lados. La novela relata un viaje a Uruguay para evadir impuestos pero también para escaparse un rato de esa realidad que ya no sabe ni quiere manejar, para encontrarse con otra mujer y comprar un poco de la libertad que tanto desea. Uruguay se convierte en una meca del deseo, en la esperanza del desenfreno, en un escape necesario.
Una novela que se lee de un tirón y que, a pesar de que parece super predecible, tiene su dosis de sorpresa, lo inesperado irrumpe y descoloca un poco, aunque al mismo tiempo parece el único final posible.
Me dejó con una sensación rara. No sé si es la traducción, o lo ajeno que siento el mundo que relatan, pero no me interpeló demasiado.
Algunos cuentos sí me dejaron un toque recalculando, pensando en situaciones o realidades que de tan terribles son casi universales, pero en general me costó terminar de leerlo, casi que me aburrió.
Es un libro para leer en verano y perderte un rato en la historia, una novela YA muy bien armada, que te va metiendo en la historia tan de a poco que ni te das cuenta. Una de las que leía cuando era adolescente, llena de drama y con una trama medio policial que te súper atrapa y no te deja soltar el libro. Más allá de algunas cuestiones un poco exageradas, me pareció una novela atrapante y para nada predecible.
Cada verano, Cady y sus primxs se reencuentran en las vacaciones que pasa la familia completa en la isla que comparten. Sí, son super ricos, o al menos el abuelo lo es. La historia comienza cuando Cady regresa a la isla después de dos veranos sin ir, luego de sufrir un accidente que no recuerda. A lo largo de la historia, ella lucha por recuperar los recuerdos de ese verano en el que todo cambió.
Cada vez que pensás que la novela va a tomar un camino común y un poco trillado, te sorprende con la historia avanzando para otro lado. Como frutilla del postre, el final tiene altísimo plot twist que ni ahí te lo ves venir y si te agarra en un mal momento te deshidratás de las lágrimas.
Una lectura rápida que se disfruta un montón
Lo tenía pendiente de hace como mil millones de años, y me pasó algo raro. Muchos de los lugares me resultan ajenos, pero me pareció fascinante como un libro de esa época puede hablar tan bien de salud mental, de estar del orto “sin razón”, de la frialdad para analizar la mejor manera de encontrar la muerte, la imposibilidad de dormir, leer, escribir como antesala del inferno.
Un libro que me costó un montón terminar. Por momentos me daba mucha impresión y necesitaba respirar un poco, dejar de sentir en carne propia los dolores, la desesperación, los interminables días que se suceden a un diagnóstico desesperanzador y a su posterior operación que no se sabe si va a tener éxito.´
Un libro sobre el camino, el terror y la angustia de convivir con la enfermedad, pero también de la manera en la que los vínculos cambian según cambian las reglas del juego.
Increíble la manera en la que la autora transmite el enojo, la furia, la frustración, la transformación del cuerpo casi como una prisión, el mundo como un lugar hostil.